martes, enero 26, 2016

GREGORIO SANTOS Y LA MINERIA


 Por: Hernán de la Cruz Enciso
A Gregorio Santos, candidato a la presidencia de Democracia Directa (símbolo la casita), se le conoce como anti minero desde el momento en que, junto con toda la región de Cajamarca, dijo “CONGA NO VA”. De eso, y mucho más, hablaremos esta vez.
COSTO-BENEFICIO DE LA GRAN MINERÍA
¿Qué ha significado para el Perú la mediana y la gran minería desde la aprobación, en 1993, de la Constitución de Fujimori? Mucho, pero no en beneficios, sino en saqueo y contaminación. Para empezar, debemos aclarar que el Perú no exporta materias primas, o sea ni siquiera somos país picapiedras. Lo que ha sucedido es algo peor: son las transnacionales las que extraen los minerales y dejan al país, aparentemente, el 30% en impuestos a la renta. No existe un impuesto llamado canon; llaman canon al 50% del impuesto a la renta. Pero estas empresas, que tienen contratos de estabilidad tributaria y legal con el Estado peruano, no dejan al país ese 30% sino solo tres de cada cien soles que ganan. En Bolivia los “inversionistas” dejan 82 de cada cien y se llevan 18; antes de Evo dejaban 18 y se llevaban 82; dijeron que con Evo los “inversionistas” se irían pero no se han ido porque siguen ganando.
¿Y quiénes son los dueños de las transnacionales? En el cobre y en el hierro, principalmente el Estado chino y varios intermediarios, y en el oro, principalmente los israelíes y el Banco Mundial (5% de acciones en Yanacocha a través del IFC) en alianza con intermediarios nacionales o capitales de Canadá, Australia y otros.
¿Y saqueo por qué? Por ejemplo se están llevando hierro a quince soles la tonelada (mil kilos). El hierro que salió de nuestros cerros debe viajar la mitad del mundo, hasta China, para convertirse en acero con la tecnología de hace un siglo, y el acero cuesta más de mil soles la tonelada. Pero no nos quedemos en el acero. Avancemos un pasito más, siempre con la tecnología de hace un siglo. Si ese acero lo convertimos en cuchara, una tonelada costaría diez mil soles, así de simple. 
Si entregamos nuestros minerales en piedras, generamos más trabajo e impuestos en el exterior. Por ejemplo la empresa china Shougang Hierro Perú obtuvo US$ 495.9 millones de utilidades en el 2011 con los minerales extraídos de Marcona (Ica). Hay que aclarar que esta empresa pertenece al estado chino (es una empresa estatal, mientras en Perú no se permite empresas estatales). La ganancia del estado chino no es pues por la venta de materias primas sino su negocio es la industrialización: miles de puestos de trabajo y millones en impuestos a partir de nuestras materias primas.
Entonces lo que está sucediendo es algo grave: hemos regalado millones de toneladas de nuestras piedras a cambio de muy poco; nos están saqueando, y de paso nos pagan el precio que quieren después de manipular a su favor los precios internacionales, cuyo manejo depende de grandes especuladores. Lo mismo está pasando con el oro y con el cobre, y con otros minerales valiosos como la plata y el molibdeno: nos están robando. Cuando nos dicen que el Perú es el quinto productor del oro, sacamos pecho, nos alegramos, pero nuestro país no exporta nada ni las ganancias serán para nuestra Patria.
La mediana y la gran minería solo han generado conflictos en todos los rincones del país, porque se apoderan de tierras que son propiedad de las comunidades o campesinos pobres; porque dañan el medio ambiente y destruyen fuentes de agua, con muertos, heridos y denunciados. Es pues la minería de la muerte: saqueo y contaminación. Porque para sacar cerros de minerales han tenido que desaparecer pueblos, cerros, lagunas, ríos y valles. Si nos industrializamos, no sería necesario sacar cerros de mineral; sacaríamos muy poco pero las ganancias serían muy grandes para el país.
ZONIFICACION 
Cuando Gregorio Santos y los cajamarquinos dicen “Conga no va”, y cuando los arequipeños dicen “Tía María no va”, y cuando los ayacuchanos dicen “Qarwarasu no va”, lo que nos están diciendo es simple y llanamente que estos proyectos son inviables desde todo punto de vista porque destruirán casi una tercera parte de las tres regiones. Porque se quiere instalar el silo en el granero y el dormitorio en la cocina. Es decir, falta zonificación y ordenamiento territorial. Por eso, el país precisa con rapidez de un ordenamiento territorial que obedezca a la decisión de las comunidades y a un análisis geopolítico adecuado. Sólo puede haber minería allí donde no afecte a nadie, y nunca donde afecte el agua o en cabecera de cuenca.
INDUSTRIALIZACIÓN
Siguiendo las recetas del Banco Mundial, los colegios y las universidades están formando profesionales para que sean empleados y no para ser empresarios. Es decir, para que ayuden a sacar más rápidamente nuestras piedras. Las universidades nacionales no están cumpliendo con su trabajo de formar a los hombres y mujeres que conducirán los destinos del país, y las universidades particulares están más ocupadas en ganar dinero y no en formar a los profesionales que cambiarán de raíz este país, porque es una vergüenza que siendo uno de los países más ricos del mundo, estemos colgados del capricho de los especuladores en economía y de aventureros en política como Alan García y otros.
Necesitamos rediseñar las currícula de la educación. La industrialización a nivel de pequeña, mediana y gran empresa es la única salida, sobre todo manejando empresas-país o empresas con capitales mixtos o solamente privadas (pero de peruanos). La industrialización genera impuestos y miles de puestos de trabajo en toda la cadena productiva. 
Cambiando las políticas de Estado, es posible industrializarnos en el plazo máximo de cinco años. En los desiertos de Nasca ya empezó la industrialización de los minerales por parte de empresarios peruanos, emprendimientos que son perseguidos por la Sunat y por la Sociedad Nacional de Minería, esa mafia que agrupa a las transnacionales. 
Quizás alguien dirá que la industrialización es imposible. Una vez un viceministro me dijo que los “indios” no pueden hacer minería porque “no tienen capital, no tienen capacidad, ni tienen tecnología”. A dicho viceministro le dije que estaba totalmente equivocado, pues el capital nunca ha venido del exterior sino estuvo aquí por montones y nos robaron. Vamos a explicar por qué.
Estados Unidos y sus aliados como Israel cogen un paquete de papel, le pintan de verde, le dibujan numeritos y le ponen una foto de un caballero, y convierten ese papel en mil millones de dólares. Emiten ese dinero, últimamente sin respaldo. El “inversionista” toma ese papel a través de los bancos y viene al Perú y le dice al gobierno que está trayendo “inversión”. Las grandes inversiones mineras necesitan ser bien definidas; por ejemplo la empresa Xstrata dijo que va a invertir diez mil millones de dólares, pero no dijo qué hará con ese dinero; la mayor parte de ese dinero se va en la compra de máquinas, volquetes, grúas y tractores que fabrica su país, ¿pero cuándo hará algo para la población? Nunca, eso no les interesa.
Pero el gobierno le firma un papel dándole garantías y le pone a la policía para que le proteja y meta bala a los comuneros, si alguien levanta la voz o protesta. Ese “inversionista” llega a la comunidad y le dice a los comuneros: “Señores, aquí traigo mil millones de dólares para invertir. Les daré trabajo a todos, haré carreteras, pagaré impuestos y con eso habrá desarrollo”. Y los comuneros, alegres, dicen: “Papay, bienvenido. Dios te ha enviado porque el Estado nos ha olvidado, no hace ni escuelas ni puentes ni carreteras”. Claro que no todas las comunidades dicen eso. Hay comunidades que han largado a los ladrones, llamados “inversionistas”, a huaracazos.
¿Qué sucede entonces? Con ese papel (mil millones de dólares), en unos diez años sacan del cerro unos cincuenta mil millones en oro (valor tangible), dejan algo de papel al Estado con el nombre de impuestos (aunque tampoco ese papel se queda para siempre en nuestro país) y se llevan nuestro oro a las bóvedas de los bancos y de los países, para sostener su economía. De ese modo, con el nombre de inversión, han saqueado a los países (petróleo, minerales, etc.). ¿Y qué dejaron a las comunidades? Un puente, una escuela, dos carreteras y destrucción y contaminación. 
Díganme ahora: ¿dónde está el capital? ¿Dentro de nuestros cerros o vendrá del exterior? En nuestros cerros. ¿Y acaso no podemos los mismos peruanos extraer ese mineral? ¿No tenemos capacidad para industrializarlo? De las universidades ya están saliendo profesionales en el ramo. ¿No tenemos tecnología? Tecnología viene adonde hay capital, o sea los minerales. Incluso a veces ni siquiera es necesario extraerlo. Basta con realizar una exploración, para cubicar la cantidad de reservas, y poner el proyecto en la bolsa de valores. ¿Y por qué no se le dice esto al país? Porque Palacio de Gobierno, el Congreso y la prensa están controlados por las transnacionales. Y si alguien lo dice, la prensa no lo publica o lo llama resentido social, violentista, comunista, chavista. Y en las elecciones, las transnacionales solo hacen aparecer a “sus candidatos”.
ELECCIONES 2016 Y LA MINERIA
¿Qué ofrecen los otros partidos en materia de minería? Lo mismo, o algo peor en algunos casos. Keiko Fujimori es, según los entendidos, accionista de empresas mineras y la genuina representante de las transnacionales. Pedro Pablo Kuczynski, que trabajó para el Banco Mundial, es el lobista (promueve y defiende intereses de las grandes empresas, en sus negocios con el Estado) de los “inversionistas” extranjeros. César Acuña tiene como vocero a Isaac Mekler (perteneciente a la Comunidad Judía, excongresista de Ollanta Humala y representante de las grandes mineras). De Alan García qué podemos decir: lo que dijo de los nativos (“no son ciudadanos de primera clase”) le pinta de cuerpo entero. Además Alan dice que el canon debe entregarse directamente a las comunidades, lo que significa que las transnacionales seguirán explotando los cerros, llevándose las piedras a precio de remate y les arrojarán un hueso a los verdaderos propietarios, los comuneros, y se llevarán la carne… Guzmán es, ya lo sabemos, el representante de los israelíes, los principales saqueadores de nuestro país. Toledo, igualmente, tiene vínculos con Israel a través de su esposa y trabaja para entidades financieras como el Banco Mundial.
Al escucharles hablar a los candidatos sobre esta actividad, hasta da vergüenza ajena porque muchos de ellos no conocen realmente qué significa la minería para el Perú. Lo único que dicen es que sin la “inversión” de la mediana y la gran minería no habrá desarrollo ni habrá obras. Eso es mentira. Hay carencia de imaginación y materia gris, o simplemente son candidatos de las transnacionales.
MINERÍA Y COMUNIDADES INDIGENAS
Si en Estados Unidos encuentras oro debajo de tu casa, eres rico. Si en el Perú encuentras oro debajo de tu casa, eres pobre. ¿Por qué? Porque según la Constitución de Fujimori la propiedad del subsuelo no comprende los recursos naturales, los yacimientos y restos arqueológicos, ni otros bienes regidos por leyes especiales. Es, pues, el Sistema Dominalista del Estado, herencia del Derecho Indiano de la Colonia. En realidad, la Colonia no se ha ido del Perú: hace siglos se llamaban encomiendas (cuando el español se apropiaba de provincias enteras con sus chacras, animales y personas, y por eso pagaban un impuesto al rey; después se llamó hacienda, con pongos como sus esclavos, y se pagaba al Estado; ahora se llaman concesión, y se paga un impuesto mínimo al Estado: diferentes nombres, el mismo sistema).
Pero las comunidades indígenas son anteriores al Estado peruano y reclaman la propiedad ancestral (suelo y subsuelo), dentro de un concepto integral (Sistema Fundiario). El Estado peruano entregó el subsuelo en concesión (por el que la transnacional paga tres dólares por hectárea) y le arrebató a los peruanos un derecho y se lo dio a otro. Planteamos que, según ordenamiento territorial, los comuneros entren como socios de cualquier proyecto minero o petrolero. Esto no puede continuar, porque el sistema de injusticia y saqueo genera disconformidad y violencia; a la vez impide el desarrollo del país; por este motivo, para democratizar la economía y traer paz social, hay que cambiar la Constitución. Democracia Directa, que lleva a Gregorio Santos a la presidencia, es el único partido que ha avanzado hacia el cambio de la Constitución. Ya tiene más de dos millones de firmas para realizar un referéndum. Es decir, al margen de que este año se llegue al poder, se va a cambiar la Constitución sí o sí. Para que el Perú sea para los peruanos.


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