martes, agosto 07, 2012

Insistiendo en la emergencia



Si vamos a ser francos, veo tanta provocación en extender el estado de emergencia en Cajamarca, como en convocar un paro regional en agosto. Es decir aprecio dos posiciones que no quieren entenderse y que nos tienen pintados en la pared a los demás. Pero es el gobierno el que invitó a la iglesia mojarse con Conga y el que ha definido al gabinete Jiménez como el del diálogo y las formas civilizadas, mandando al archivo el brutal estilo Valdés que tenía precisamente como su núcleo básico escalar la represión y a continuación poner en “emergencia” los escenarios de conflicto para colocar a la defensiva a los protagonistas de la protesta.

¿Y cuál era la prueba de “lo nuevo”? Era obvio que no había otro camino que seguir la pauta marcada por Vladimiro Huároc desde la nueva Unidad de Diálogo, que reemplaza la lamentable oficina de Gestión de Conflictos que fue eliminada junto a su encargado, y que advirtió que lo que se había hecho en relación a Conga, había sido mal hecho, y que había que comenzar algo diferente. Entonces: ¿en qué cabeza puede entrar que con una situación que había bajado el voltaje, principalmente por obra de la intervención de monseñor Cabrejos y el padre Garatea, pero donde la polarización no se había reducido en lo más mínimo porque nadie había cedido en sus posiciones originales, la vía inmediata a seguir fuese mantener el estado de emergencia, más aún cuando no hay ningún elemento objetivo que lo justifique?

Hay que guardar mucho miedo al movimiento cajamarquino para insistir en un procedimiento que propicia el abuso del poder (del tipo que documenta Rocío Silva que le ocurre a los periodistas que toman fotos); aún cuando visto de cerca el actual estado de emergencia en las provincias de Cajamarca, Hualgayoc y Celendín, sea casi un fantasma del factor intimidante que pretendía ser. Por eso mismo es tanto más absurdo mantener una “emergencia” que no ha podido impedir las reuniones y movilizaciones. Es el gesto que más que de autoridad suena a inseguridad, lo que choca e irrita en este caso. Y si tan fácil se patea el tablero, es difícil esperar que de allí salga alguna actitud de sumisión que los opositores a Conga no han mostrado ni en las peores situaciones. Si el gobierno insiste en un instrumento extra-diálogo para jaquear a su adversario, no encuentro por donde sorprenderse de que esto desate un nuevo ciclo de enfrentamiento.

El gobierno está a punto de echar a perder la imagen de renovación y paz social que quería implantarle el premier Jiménez, que para eso tenía que remachar su propio perfil político afectado por su participación en el gabinete diciembre-julio, por lo que se puede suponer que ni él, ni algunos de sus colaboradores más cercanos: Pedraza, Cateriano, Huároc, no deberían haber estado muy de acuerdo con combinar diálogo con emergencia. Y esto lleva a un asunto crítico: ¿quién está tomando decisiones en el gobierno?, o peor aún, ¿quién está trabando que se adopten medidas que nos alejen del período anterior? Y no se trata de si Nadine u Ollanta es el que manda, sino de la sospecha de que un círculo militar y de inteligencia esté condicionando al presidente y haciendo que a su vez él mismo se convierta en un freno a sus ministros.

07.08.12


EL SERVILISMO: UNA LACRA QUE ATENTA CONTRA LA DIGNIDAD DEL PUEBLO
Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Sí algo diferencia a sociedades de otras naciones, de la sociedad peruana es que aquí todavía, en pleno siglo XXI, existen muchos compatriotas que tienen vocación de servil, para quienes el colonialismo español aún no ha desaparecido, porque revelan ser presas de un colonialismo mental nada envidiable ni deseable por nadie. Trato este tema en el presente comentario a propósito de ver y oír a algunos personajes, que adolecen de alienación económica1 y que por azares de la política, ostentan pomposos cargos de gobernadores, alcaldes, congresistas, ministros y hasta presidentes de la republica.  
Pero antes veamos que nos dice el Diccionario de la Real Academia Española sobre el término “servil”. En efecto, según el documento aludido,  SERVIL es un adjetivo perteneciente o relativo a los siervos y criados. Asimismo, un segundo significado refiere a un personaje bajo (no de estatura, sino socialmente), humilde y de poca estimación. Y una tercera definición refiere a un personaje rastrero, que obra o actúa con servilismo. Entonces, cuando a una persona o autoridad le impregnan la etiqueta de “servil”, sin duda, no lo están elevando de status social, al contrario lo están castigando social y moralmente. Tal es el caso de una autoridad o de un funcionario público o de un empleado que actúa frente a su empleador o su jefe como un simple siervo o criado; carece de autoestima, no tiene amor por sí mismo, es un hombre con alto grado de alienación económica, pero que se convierte en un rastrero, porque se humilla y  arrastra ante otros hombres. En las entidades públicas y privadas campea el tipo de personajes serviles, cuya motivación es la permanencia en un puesto laboral o la idea de encontrar un puesto de trabajo bajo tales actitudes. Las personas que se encumbran en instituciones donde se toman decisiones, demandan personas, empleados o trabajadores que tengan espíritu servil o que se dejen tratar como tales.        
Aquí en Cajamarca, las protestas sociales contra el mega-proyecto Conga ha develado a muchos personajes y autoridades  que actúan con absoluto servilismo unos frente a las autoridades de nivel superior del gobierno central y otros frente a personajes encumbrados de la empresa minera Newmont (Yanacocha) y ¿Quién podría dudar, que autoridades de nivel superior del gobierno central, como  ministros, congresistas y el mismísimo Presidente de la República, no estén obrando con absoluto servilismo frente a los dueños de transnacionales mineras y frente a otros tipos de transnacionales?  Lo cual  configuraría al Perú como una sociedad donde el servilismo se manifiesta en cadena, cuyos eslabones se inicia en los estratos sociales más altos y termina en las capas sociales más bajas.  
Ciertamente, el servilismo no es nuevo, aun cuando se manifiesta en un contexto moderno, con cambios tecnológicos fundamentales como la revolución de las comunicaciones, la era de los robots y del Internet, la telefonía móvil, etc., etc. el pensamiento servil subsiste, si bien no predomina o no determina pero influye significativamente en los procesos sociales. Esto sugiere que somos muy modernos en tecnología pero muy tradicionales en pensamiento individual y social; porque, el servilismo es una actitud propia de la época de los esclavos, predomina en la edad media y, como estamos observando, subsiste en la era moderna. Y, todo indica que el servilismo también existirá en las sociedades post modernas.
Decíamos que el servilismo, no determina pero influye negativamente en los procesos sociales: Por ejemplo, en Cajamarca, no podemos pasar por desapercibido a personajes y autoridades que muy bien pueden ganarse la medalla del desprecio colectivo por su actitud servil, tanto frente a la empresa minera como a las autoridades del gobierno central: Son aquellas que tratan de colectivizar o socializar su actitud servil, haciendo honor, precisamente al nombre que les identifica: COLECTIVO CAJAMARCA. Quienes con un gran desparpajo piden a Ollanta Humala la prórroga del Estado de emergencia, haciéndole un gran favor a sus patrones empleadores, para que sigan depredando, sin contratiempos, las cabeceras de cuenca.  Lamentablemente un gobierno que también posee actitudes serviles, inmediatamente les hizo caso y tal exigencia fue diligentemente atendida. Cuando una autoridad es dueña de una actitud servil, es, en la práctica, un esclavo, carente de personalidad y de dignidad. Este sería el caso del representante político de Ollanta Humala en Cajamarca, quien ni siquiera se siente libre para hilvanar una opinión propia, como ciudadano o como un vecino, sobre la prórroga o no del estado de emergencia. Sin embargo, cuando de pregonar “libertad”, “democracia”, “patriotismo”, etc., se trata, ahí, los serviles son campeones, nadie les gana. Y, además se dan el lujo de insultar la inteligencia de los cajamarquinos y tratarnos como a niños, cuando indican que “La construcción de reservorios no tiene nada que ver con el mega proyecto Conga”. Argumento que ni quienes lo dicen lo creen, puesto que todos los cajamarquinos saben que dichos reservorios se ubican en el ámbito de influencia del proyecto Conga, están siendo construidos por la transnacional minera, dueña del proyecto Conga y es una propuesta que forma parte de su “estudio” de impacto ambiental (EIA) del proyecto Conga.
El mayor problema es que la actitud servil es poco atendida, considerada o percibida por la población, o en todo caso es vista como caso aislado o tara individual, que no tiene mayor repercusión, ni pueden hacer daños sociales, ni políticos, especialmente en coyunturas de sosegada calma social. Sin embargo, en una coyuntura social conflictiva, como la que el pueblo de Cajamarca está viviendo, nos estamos dando cuenta que las actitudes serviles son altamente perniciosas y dañinas, porque generalmente afectan los intereses de las grandes mayorías, porque impulsados por tales actitudes,  asumen posiciones que favorecen a agentes extraños y antinacionales. Desde esta perspectiva, sí durante la historia el pueblo peruano ha perdido  guerras y batallas; o terminado cediendo fracciones de su territorio a las naciones fronterizas, es porque en estos procesos no han faltado personajes con actitud servil o de Felipillo, quienes lejos de apoyar a sus compatriotas terminaban apoyando y arrodillándose ante el enemigo.  Sin duda, en lo que concierne a pensamiento social, actitudes serviles y traicioneras, la historia poco o nada ha cambiado; pues, el caso conga está desentrañando a muchos personajes de esta calaña, que cuando alguien les muestra unos cuantos dólares son capaces de traicionar a los demás y traicionarse a sí mismos.
Estoy seguro, que si no existieran conciudadanos con actitud servil, el Conflicto Conga ya se hubiera solucionado a favor de los intereses del pueblo, porque sin ellos,  la unidad del pueblo fuera mucho más sólida, las protestas mucho más efectivas y contundentes, dando como resultado una mayor presión social al gobierno y en consecuencia una más rápida definición de éste. En fin, sin serviles el Perú fuera mucho más grande y digno. Los serviles son los que debilitan a las luchas populares, son los que dividen para que sus amos reinen; son los que se convierten en efectivos soplones del enemigo y son capaces de clavar un puñal en el cuerpo de su propia familia. Lo peor es que el servil no se da cuenta que es el más repudiado por la sociedad, que el trabaja para que otros se beneficien, que está siendo utilizado como un simple instrumento o cosa y que su destino es quedar siempre como un ser- vil. Que el dinero que puede llevar en su bolsillo y engrosar sus cuentas bancarias, gracias a su actitud servil, no lo libera, ni lo saca del camino que eligió, dominado  por su alienación económica, por encima de toda dignidad humana.
(1)     Alienación. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. Otro significado es “Trastorno intelectual, tanto temporal o accidental como permanente”. Y, en Psicología se define como “Estado mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad”. Alienación económica, es un proceso mediante el cual el individuo ha sustituido todo su SER o su identidad humana, por una conciencia pecuniaria o dineraria. En fin, es un individuo dominado por la ansiedad de dinero.   

Escrito: 4 de agosto del 2012

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